San Josemaría, junto al edificio más alto del mundo
El Taipei 101, el edificio más alto del mundo, domina la capital de Taiwán. A su lado, se yergue diminuta una parroquia dedicada a la Virgen de la Medalla Milagrosa. En ella, recientemente se han bendecido tres nuevas imágenes: de San José, patrono de China, San Vicente de Paúl y San Josemaría Escrivá.
El Taipei 101, el edificio más alto del mundo, que se encuentra en Taiwán.Esteban Aranaz es un sacerdote español que desde hace varios años vive en Taiwan. Su parroquia se encuentra junto al edificio más alto del mundo: el Taipei 101. La pequeña iglesia ofrece un lugar de oración y paz frente al coloso de 502 metros de altura y 101 pisos, conectados por un ascensor que los recorre a 16,83 metros por segundo.La iglesia, dedicada a Ntra. Sra. de la Medalla Milagrosa (Miraculous Medal Church), fue fundada por los misioneros Paúles de Holanda. Recientemente, el obispo auxiliar de Taipei bendijo 3 nuevas imágenes para la iglesia: de san José, patrono de China; san Vicente de Paúl, fundador de los PP. Paúles; y san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
Taiwán es una isla que se encuentra en las costas de China.Al acto, además del obispo auxiliar de Taipei monseñor Thomas Zhong, asistieron el vicario regional del Opus Dei en el Sudeste asiático, el padre provincial de los PP. Paúles y la hermana provincial de las Hijas de la Caridad.El párroco, Esteban Aranaz, explica qué une a los dos fundadores: 'El 2 de octubre de 1928 el fundador de la Obra se encontraba haciendo ejercicios espirituales en la casa de las P.P. Paúles de Madrid, junto a la basílica de la Medalla Milagrosa, cuando recibió la gracia de 'ver' el Opus Dei. Yo, que pertenezco a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, sentí este hecho como un regalo cuando llegué a esta parroquia de Taipei hace dos años'.La imagen de san Vicente muestra la santidad y amor a la Cruz del misionero francés. Fue fundador de los Padres Paúles y de las Hermanas de la Caridad.
Imagen de San Josemaría en Taiwán.'MIRA, MAÑA, UN SANTO QUE HABLA'El cuadro de san Josemaría fue inspirado por un hecho casual. 'La expresión con las manos abiertas parece que comunica y provoca un diálogo –explica don Esteban-. Y es que hace unos años me ocurrió un anécdota en mi tierra natal, en la diócesis de Tarazona'. 'Había ido yo a varios pueblos y parroquias para proyectar unos vídeos del fundador de la Obra. Quería darlo a conocer y acercar su devoción a la gente, tratándose de un santo aragonés'. 'En un pueblo, al comenzar una de las películas, una señora con gran espontaneidad y sencillez dijo a una amiga: 'Maña, mira, ¡un santo que habla!'. Hasta entonces, para esta buena mujer, los santos estaban tranquilos y silenciosos en sus altares y hornacinas, pero éste era distinto'.
El cuadro de san Vicente de Paúl.'A mí esa anécdota me ha hecho pensar muchas veces que, efectivamente, San Josemaría es un santo que habla al corazón de la gente, habla con Dios y de Dios. Por eso cuando encargué estas pinturas le dije al pintor que quería una expresión así'.'El sábado 7 de julio colocamos los cuadros en la iglesia a ambos lados del presbiterio y hemos aprovechado unas molduras que ya existían y que tienen unos ángeles en la parte superior. Han quedado muy bien. En la misa del domingo los fieles ya han visto cómo quedan. Ahora vamos a editar unas estampas con una oración y breve biografía de los dos santos'.
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