viernes, 7 de septiembre de 2007

CAMINO A ROMA







El Propósito del Congreso "Camino a Roma"Fundador de la Serie de Congresos “Camino a Roma”, Muy Rvdo. P. Alfonso M. Durán, MJ


Fundador de la Serie de Congresos "Camino a Roma" Muy Rvdo. P. Alfonso M. Durán, MJ, con el Papa Juan Pablo II, benediciendo las Constituciones de Miles Jesu.


La serie de congresos “Camino a Roma” entona una armonía especial y providencial con la magistral declaración Dominus Jesus, al contemplar el Misterio de la Iglesia y particularmente al reafirmar Su “Unicidad y Unidad” (DJ IV), en unión con el Unigénito Hijo hecho hombre.


Realmente, Jesucristo continua su presencia y su trabajo de salvación en la Iglesia y por medio de la Iglesia (cf.Col,1-24-27), la cual es Su Cuerpo (cf. 1 Cor.12:12-13, 27,-Col,1-18). Y así como la cabeza y los miembros de un ser viviente, aunque no idénticos son inseparables, así también Cristo y la Iglesia constituyen un solo "Cristo Total", ni uno ni otro pueden ser confundidos ni separados.... Así como hay un solo Cristo, así hay un solo Cuerpo de Cristo, una sola Esposa de Cristo: “Una sola Iglesia católica y apostólica.(DJ IV 16).


El Congreso “Camino a Roma” está organizado a propósito con la intención mencionada anteriormente, para que toda la gloria sea dada a Dios y solamente a Dios y que nada pueda desviarse a cualquier gloria personal.


Los conferenciantes, sobresalientes personalidades con gran amor a Jesucristo, Nuestro Dios y Señor, y por Su Iglesia, han sido cuidadosamente escogidos. Ellos brillan como grandes testimonios del poder de Dios y como Maria, con sus palabras, con sus acciones y con sus actitudes también dicen: “El Todopoderoso ha hecho grandes cosas en mi y Su Nombre es Santo” (Lk, 1-49).

Por el gran peligro que hay al confundir la gloria de Dios con la gloria propia, cuidadosamente evitamos que alguien pueda caer en cualquier clase de “ego”. Cuando las cosas se confunden, siempre hay daño a la Iglesia.


“Porque el Reino, el Poder y la Gloria son Tuyos Señor, ahora y por siempre” (De la Santa Misa) “Por Él, con Él, y en Él, en la Unidad del Espíritu Santo, toda gloria y honor es Tuyo Padre Omnipotente, por siempre jamás.” (De la Santa Misa) “No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a Tu Nombre sea la Gloria!” (Ps.115:1)

El ego humano, el mejor aliado del diablo, también causa muy serias divisiones peligrosas en la Iglesia, comenzando en pequeños grupos locales y extendiéndose como una plaga a través del mundo entero. El Papa Juan Pablo II decía que el nacionalismo es diabólico y lo mismo puede decirse de cualquier división. Esto no significa que todos nosotros tengamos que hacer o ser exactamente lo mismo. Cada uno tiene su propio carisma, pero no en oposición. No hay división en el Espíritu.(cf. I Cor.12:4).

La historia se repite. Cuando Inglaterra se separó de Roma a través del decreto ilegal de Enrique VIII, la mayoría de la gente era católica. Una pequeña parte era protestante. Pero los católicos estaban altamente desorganizados y muchas veces lucharon entre si. Los protestantes estaban altamente organizados y colaborando entre ellos, estando unidos no por una doctrina común, sino por una acción común contra la Iglesia Católica. Y así ellos alcanzaron el poder y la autoridad. El resultado es que el vasto mundo angloparlante con sus muchos países, está ahora fragmentado en veintiséis mil sectas protestantes.

Este Congreso promueve fervientemente y fuertemente la unidad de aquellos que se confiesan asimismo fieles seguidores del Vicario de Cristo, el Papa y la Iglesia, porque el enemigo Lucifer conoce como dividir y conquistar por caminos muy ingeniosos y desviados, creando conflictos entre nosotros, promoviendo pequeñeces e ideas y tendencias personalísticas, rompiendo el mantel de la Iglesia. De ese modo se desperdicia mucha de la energía y vitalidad de la Iglesia, en lugar de usarse para edificar el Cuerpo de Cristo.
El Patrón de la Serie de Congresos, el antiguo Obispo Anglicano de Londres Rt. Rev. and Rt. Hon. Mons. Graham Leonard, ha publicado un panfleto muy significativo de una charla que dio cuando era oficialmente protestante, titulada “La Tiranía del Subjetivismo.”

Por esta razón evitamos invitar a personas que confesándose fieles seguidores de la Iglesia, sin embargo, crean divisiones entre los fieles seguidores. El mayor daño a la Iglesia está no en los enemigos fuera de la Iglesia, sino en la falta de unidad entre los que se confiesan ser fieles seguidores del Vicario de Cristo. Este grave pecado, debilita terriblemente a la Iglesia “Si vais golpeándoos y rompiéndoos en piezas. ¡Cuidado! terminaréis en mutua destrucción. (Gal. 5:15)
El propósito del Congreso no es debatir cualquier punto de vista de la Iglesia, por eso es un encuentro de personalidades excepcionales de fe y en intelecto, quienes dan su completa adhesión a la Iglesia.

En este Congreso no hay “si” o “pero” o “quizás” sino una total lealtad a la Iglesia. Pero esto no es una lealtad ciega.

Este no es un Congreso de emociones con énfasis en los sentimientos. La fe de los conferenciantes no es una fe de sentimientos, sino de gracia, profundamente basada en el estudio intelectual de la historia de la Iglesia, de Sus dogmas y de Su moral.

El propósito del Congreso es comprobar que la Iglesia está viva y vibrante, y que las grandes luminarias de este siglo, como sucedió en los primeros veinte siglos, se han unido a la Iglesia Católica y la han amado de todo corazón.

El espíritu y ánimo de la Serie de Congresos “Camino a Roma,” está ampliamente resumida por las siguientes palabras de la conclusión de la Declaración Dominus Jesus: “La revelación de Cristo continuará siendo la verdad iluminadora en la historia para toda la humanidad: La verdad, que es Cristo se impone como una autoridad por todos abrazada.”
El Misterio cristiano, de hecho, sobrepasa todas las barreras del tiempo y del espacio y lleva a cabo la unidad de la familia humana: “Desde sus diferentes localizaciones y tradiciones todos son llamados en Cristo a participar en la unidad de la familia de los hijos de Dios...Jesús destruye los muros de la división y crea unidad en una nueva e insuperable forma a través de nuestra participación en Su Misterio. Esta unidad es tan profunda que la Iglesia puede decir con San Pablo: Ya no sois mas extranjeros y jornaleros, sino que sois santos y miembros de la Casa de Dios (Efe.2:19)

Hagamos propia la siguiente oración de la Liturgia de las Horas (tomado del 22 de febrero, Fiesta de La Cátedra del Apóstol San Pedro):
“Padre Todopoderoso, Tu has edificado Tu Iglesia sobre la Roca de la Confesión de Fe de San Pedro. Que nada divida ni debilite nuestra unidad en fe y amor. Concédenos esto a través de Nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Un solo Dios, por siempre jamás.

Que Maria la Virgen Madre, a quien las divisiones entre sus hijos profundamente desagrada, interceda por esta Serie de Congresos “Camino a Roma,” y continuemos invocándola bajo el título de Madre de la Unidad.




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